El oasis del Oued Drâa, salpicado de 1,1 millones de palmeras, es un trozo de tierra paradisíaco que el hombre puede cultivar y utilizar como alimento. La palmera datilera se considera una de las plantas cultivadas más antiguas de Marruecos y es una de las fuentes de alimentación más importantes. La palmera datilera se riega constantemente. De este modo, también se favorece el cultivo de otros productos como cítricos, manzanas, albaricoques, almendros y olivos entre los rodales de palmeras.

Un paseo por los jardines de palmeras merece extraordinariamente la pena, no sólo por la flora. La llamada Palmeraie está repleta de vida. Campesinas con niños en brazos conducen sus burros por los senderos. Los niños juegan junto a campos de menta y verduras. Las mujeres lavan la ropa en los puntos de agua. Dromedarios masticando arbustos. Sin embargo, siempre hay lugares de silencio y rincones de mágica belleza.

La Rose du Sable se encuentra a la entrada de la Palmeraie. Un sendero, justo al lado de la casa, se adentra en el mundo verde. Por la mañana, los agricultores se ponen a trabajar en los huertos. Los habitantes son amables y se alegran cuando los invitados de otro mundo se interesan por ellos y su trabajo. Se establece un contacto cálido rápidamente y sin comunicación lingüística.